El TAI-CHI perfecto ES ENEMIGO DEL bueno.

El TAI-CHI perfecto ES ENEMIGO DEL bueno

FELIX BARGADOS

“Lo perfecto es enemigo de lo bueno”
Y… el TAI-CHI es bueno, pero no perfecto.

Ha sido ampliamente demostrado, aunque a menudo se olvida que, la Tierra no gira perfecta, el  “Todo natural” hace que gire de buena manera. O así lo entiendo yo.

Es cosa de todos advertida que, nadie respiramos perfecto. Como no puede ser de otro modo, el “Todo natural” hace que respiremos en sensación extraordinaria de bienestar, de buena manera.

No es difícil reconocer la obviedad de que, no hacemos la digestión perfecta, el “Todo natural” hace que la digestión se haga en euforia celular, de buena manera.

Y la buena manera que hemos querido expresar, es la manera que no se nota. Como la ropa que está bien ajustada, que es la ropa que no se nota.
Libre de esfuerzos.

Pero en cambio, en no pocos casos pensamos esforzadamente en hacer las cosas demasiado impecablemente, y eso nos lleva al bloqueo en la acción, por temor a la imperfección, porque en el fondo, sabemos que queremos ser perfectos.
Y es que, la mente no juega al mismo juego que el resto del mundo natural. Esta se muestra refractaria a ser del mundo imperfecto regido por “pautas orgánicas”. Se niega a la imperfección. Se niega incluso para realizar tal o cual movimiento de TAI-CHI-CHUAN de una manera natural. Prefiere el paseo triunfal de una manera perfecta, a la humilde y natural, y para ello gusta de colocar la diana en el agujero del dardo creado en primer lugar. Teniendo en cuenta que la diana es una postura de una forma del TAI-CHI-CHUAN, y el agujero es la situación natural (de encuentro de manos con un oponente) que daría pie a tal postura y que por tanto gustaría de ligeras adaptaciones, que dan pie a movimientos imperfectamente cartesianos pero naturalmente excelentes.
En este sentido, cuando le afirmaron a un estudiante de cierto sistema, que del mismo modo que estamos explicando, trataba de insertar lo ficticio en lo real: -¡¡¡Eh!!! su sistema no tiene nada que ver con la realidad. El respondió desesperadamente: -¡¡¡Peor para la realidad!!!
Hasta esos perfectos tontos límites podemos llegar, y es cosa que, lo que gusta a un tonto no debe ser cosa muy cuerda. Y aún más, si a él, al tonto le gusta, el placer ha sido sólo suyo.
Todo esto sin contar que, otras veces la mente se enreda morbosamente con pensamientos en contra de uno mismo.
Y por otro lado, siempre nos inmiscuimos en nuestros pensamientos como si nos identificásemos con ellos, volcados sobre nosotros mismos en esos pensamientos, revolcándonos en ellos, bajo la tiranía y dictadura de su poder. Este es el motivo, de la plaga tan común de ciertos trastornos del pensamiento y de la infra-salud.
YINGYANG

Ahora bien, el TAI-CHI-CHUAN que siempre nos abre los ojos internos a horizontes amplios y cielos abiertos, nos revela su luminosa solución tan natural como efectiva.
Hasta lo que yo se, creo que se podría formular así:
¿No debería aligerarme por completo, permitiendo que el “Todo natural” piense a través de mí, sin identificarme bajo la tiranía de los pensamientos?
¿No debería permitir la sublime entrega de que el “Todo natural” realice el TAI-CHI-CHUAN a través mío y no construir movimientos en los que encarcelarme?

Me explicaré:
Creo saber que, al común de los mortales nos gusta llenar la mente pensando lo que hacemos, hacer bajo cavilación, o caso contrario, hacer mientras la mente está en otro lado. Todo ese hacer, es en detrimento de la vía del medio. O sea, hacer las cosas en contemplación serena, abandonándonos a la limpia libertad de hacer las cosas sin por un lado, interferir con el pensamiento; ni por el otro, estar dispersos por el.

Pero ligado a la última reflexión, hay que preguntar otra cosa:
¿Como se compagina el contemplar sin pensamiento, con seguir patrones técnicos de un arte marcial supremo como es el TAI-CHI-CHUAN?
Que no es más que plantearse por la actitud correcta de la mente durante la ejecución del TAI-CHI-CHUAN.
Esto se hace bajo la sutil directriz del “piloto automático” de la “mente intención”, como un leve cursor, en movimiento sereno, que se desliza en plácida serenidad dentro del mágico continuo néctar de libertad adaptativa, y no ceñida a un molde perfecto como todo hombre común pretende que sean las posturas del TAI-CHI-CHUAN.
Evitando por un lado, hacerse sombra uno mismo, preocupadamente desde la impronta de un imitador de posturas, encorsetado en plantillas de movimiento de perfección neurótica.
Ni tampoco dejarse llevar por la inercia de un molde esquemático y postural que el cuerpo ha aprendido de memoria, mientras la mente se va de vacaciones.

Y llegados a este punto, debo advertir que, es casi imposible atravesar un gentío portando la antorcha de la Verdad sin chamuscar a alguien las barbas.

Digo esto porque muchos se sentirían fuera del terreno seguro pensando que el TAI-CHI-CHUAN no es algo fijo (TSE), esquemático, enlatado en una “teoría de metas externas”, y que sus movimientos se realizan siempre en salmodia geométrica perfecta e inmutable, en un “envoltorio ingenioso”. Como por ejemplo colocar la mano a la altura del plexo solar con un ángulo del brazo de 45º, bla, bla, bla, etc…Encorsetados en una realidad de pandereta, limitada a un patrón de miras estrechas, como el que se sienta en el fondo del pozo a contemplar el cielo.

Pero lo cierto es que el horizonte está sólo en nuestros ojos, no en la realidad. Y la naturalidad del sistema, propia del más puro TAOISMO que abre las puertas a la idea genuina de que el mundo, posee la tierna simpatía de un cielo abierto y libre dentro del amplio “orden sin orden” (LI). Baste pensar en las vetas de la madera, los dibujos del mármol o cualquier estructura natural. Hay un orden sencillo e ingenuo todo ello, pero un orden relativo de horizontes infinitos. Un orden que no es siempre igual. Un supra-orden que nos sitúa, si lo permitimos, en una zona de confort de amplia belleza natural maravillosa, aunque imperfecta.
Esto es porque la naturaleza renuncia al esquema fijo en perfección geométrica. Más bien al contrario, se adapta espontáneamente,  flotando libremente con las circunstancias para armonizar con ellas; y en el trance de esa armonía surgen las agradables imperfecciones naturales dentro de un cierto orden.

Del mismo modo, un movimiento de TAI-CHI-CHUAN, es siempre un movimiento para la felicidad, que cumple los principios de la naturaleza. Del “Todo natural”, o sea, del TAO:
No forzamiento para actuar a favor de las cosas.
Espontaneidad que no duda, no vacila al actuar.
Continuo cambio implacable en adaptación a las circunstancias.
Capacidad de ser un modelo sin tallar, con potencialidad de ser cualquier cosa dentro de lo naturalmente posible.
Funcionamiento en unidad como un organismo que nunca tiene partes diferenciadas.
La semejanza con un vacío fresco y despejado como telón de fondo, vacío de pensamientos molestos, de deseos aferrantes, de tensiones.

Un movimiento de TAI-CHI-CHUAN cumple con esos principios, o más bien deberíamos decir, “ES esos principios”, pero gozando de variar con libertad, de altura de las técnicas, de profundidad del movimiento o de cualquier dimensión espacial. Y… menos mal que se nos permite esa sana libertad. Rindiendo el esquema fijo, a lo natural que posee deseables imperfecciones dentro de un cierto orden. Rindiéndose a lo espontáneo que se adapta sin salirse de las principios relativas que hemos enumerado.
De modo que, para ser claro como el agua…:
En una forma de TAI-CHI-CHUAN, hay que moverse de una cierta forma, pero con una cierta libertad.
Y esto nos lleva a inferir que hay que diferenciar lo que es importante y por tanto no cambia, de lo que es fútil y puede cambiar.
En definitiva…
Los principios internos no cambian.
Las superficialidades externas como puede ser posición de una mano en el espacio o cosas por el estilo, pueden cambiar hasta cierto punto.

NATURALEZA

La sabiduría que se extrae de todo esto, es comprender que mientras no cambien sus principios internos, ciertos cambios sutiles sobre la ubicación postural son posibles…
O mejor dicho, son deseables.
E incluso debemos decir que, SON NECESARIOS.
Puesto que cada movimiento, cada postura del TAI-CHI-CHUAN a realizar es siempre nueva, recién hecha, limpia, porque depende de la ubicación de un oponente imaginario o real, que cambia constantemente.
En cambio, si no hubiese oponente que cambia, ni “sensación de oponente”, no habría armonía que practicar con nadie.
Pero como lo que deseamos es adquirir por vía de hecho, la extraordinaria armonía Universal, necesito armonizar con alguien, sea imaginario o real.
Y al armonizar, la precisión del movimiento de cualquier postura o técnica del TAI-CHI-CHUAN cambia ligeramente.

En definitiva, no se puede ser independiente para practicar TAI-CHI-CHUAN, como tampoco lo es para practicar la vida misma. Hay que armonizar con un oponente real o imaginario. Es improcedente actuar como pretendía un  teniente del ejercito, que llamando a parte a un soldado indisciplinado y le dice: “tu que no aprovechas la vida en el ejército, cómprate un cañón y hazte independiente” 

No se puede ser independiente ni en TAI-CHI ni en la vida.
Se necesita flotar en el mundo formando parte de él y de los demás.
Y para armonizar con los demás debo ser adaptativo, no fijo.
Es imprescindible conocer la libertad que nos quiere enseñar el TAO del TAI-CHI-CHUAN porque aunque nuestra mente que comprende por esquemas de perfección, forma parte del mundo natural, esta no juega con los mismos principios que el mundo, que siempre son más evasivos. Nuestra mente funciona en base al idealismo de perfección, y este  nos lleva a considerar el Universo más incierto, como algo separado de nosotros, y en esa impostura, lo suyo es querer dominar, controlar, etiquetar, encorsetar, con nuestra mente el mundo, tratando de realizar:
Movimientos rígidos por el forzamiento de querer ser hermosos.
Movimientos bloqueados por evitar los feos.
Y todo esto  ha demostrado ser un factor de peso en la patogénesis de la llamada “superficialitis”. Y  podríamos incluso justificar a nivel consciente que eso no es así, que no buscamos “superficialitis exhibicionista”,  ni tampoco la “superficialitis competitiva” de evitar ser menos que los demás, ni la “superficialitis perfeccionista” de que la perfección no es lo nuestro. Pero si verdaderamente no se ha cambiado en el interior del propio alma, a la mínima nos saldrá la contradicción por todos los poros. Como el que decía: No sólo no creo en los fantasmas, sino que ni siquiera me asusto de ellos.
Pero cuando la bella práctica del TAI-CHI-CHUAN nos ha transformado, lo suyo es permitir el supremo flujo “cambiante”, en una sensación extraordinaria de bienestar y una sublime serenidad a toda prueba.
Saborear y gozar del movimiento limpio y luminoso que discurre delicado como el agua, sin esfuerzo físico y sin obligaciones mentales, con la misma imperturbable calma, donde no hay un punto preciso para ninguna cosa, no hay una manera de hacer la misma cosa exactamente igual dos veces, aunque sea una FORMA. Como tampoco es posible bañarse dos veces en el mismo río.
RIO
               
                           Artículo Original de Félix Bargados.
                            Todos los derechos reservados.



Tui-Shou (2) más que palabras.

TUI-SHOU (2)
  MAS QUE PALABRAS

                                              
                                                          Autor: Félix Bargados

“Lo que nosotros llamamos comida china,
  para un chino es simplemente comida”

Pero para nosotros es una comida diferente, y lo cierto es que indica una comida muy especifica, y si a mi me dijeran que voy a comer comida china ya voy calentado de otra manera, por ejemplo los dedos para coger los palillos.
Dos términos diferentes para “casi” lo mismo, no es lo mismo que dos términos diferentes para cosas distintas.
 Ocurre lo mismo con las diferentes traducciones conocidas del término Tui-shou.
Es cosa de todos advertida que, en los artes marciales, la falta de información a veces es tal que, no hay ser humano que pueda asimilar tanta desinformación. Así que para paliar este pequeño hueco informativo, me veo en la obligación de rectificar las diferentes denominaciones ligadas al término “Tui-shou” que se usan indiscriminadamente porque significan casi lo mismo, pero a nuestro entender no significan exactamente lo mismo. Y teniendo en cuenta que la palabra es el vestido del pensamiento, y además es un instrumento que nos enseña algo de la sustancia y que pretende abrirnos a la comprensión de lo que exactamente necesitamos recrear en cada situación, es necesario precisar un poco los términos.
Las expresiones a las que nos referíamos son : “encuentro de manos”, “manos pegajosas” y “manos sensitivas”.

O sea que, al igual que un collar de perro se adapta mejor a una raza, y otro diferente se adapta mejor a otra, una de las denominaciones usadas para referirse al término Tui-shou se adapta mejor a un ámbito de la práctica que otro. Sería un error obstinarse en no reconocer que el uso indiscriminado de los términos usados para referirse a Tui-shiou pueden llevar a confusión.
Se cuenta un caso en que el médico después de explorar a una mujer dice: -“no me gusta nada”. A lo que el marido responde: -“hace tiempo que a mi tampoco”.

 Por otro lado, los términos, usados con un poco más de precisión para referirse al contexto de trabajo adecuado cumplen una función clarificadora.
.

Parece obligado plantear llegados a este punto que, ahora lo suyo será conocer a que tipo de ámbito dentro del Tui-shou alude cada término afín de los mencionados. Porque una cosa es cierta, el lenguaje solidifica en cierto modo las experiencias humanas, y este solidificado puede ser usado como buena orientación para el entendimiento y la práctica correcta.

Nosotros entendemos que “encuentro de manos” se refiere a toda práctica del Tai-chi-chuan donde nos apoyamos en la ayuda de un compañero para encontrar el significado y la búsqueda de la armonía que se sugiere en las formas del Tai-chi-chuan. Pero en este horizonte tan abierto, debemos incluir tanto al Tui-shou como al que en un terreno próximo pero distinto, denominamos San-shou (manos dispersantes).

En manos dispersantes no necesariamente se necesita iniciar desde un contacto físico con el oponente, porque aunque no siempre se esté pegado, se puede estar en sintonía a su movimiento, sin necesidad de tocarlo, sólo la conexión mental para alguno de los momentos será suficiente (Ca-pi-xu-lin es la energía de sentir sin tocar). Mientras que en Tui-shou el estar pegado-adherido desde el comienzo, será una condición ineludible porque hay que tocar para entender que quiere hacer el oponente, y tan esencial es este concepto, que su importancia difícilmente puede ser exagerada.
Es por lo que el tan usado “manos pegajosas”, quizá sea bastante adecuado para denominar este ámbito.

Ahora bien, dentro del Tui-shou tenemos ejercicios previos cuyo objetivo es únicamente desarrollar las cualidades sensibles que rezuman magia energética.
Estos ejercicios puestos al servicio del desarrollo de experiencias de éxito, abren los ojos internos a las “energías sensibles”, y pueden denominarse con toda propiedad “manos sensitivas”, y son de dos tipos:
Para principiantes, en donde todavía no se juega, sólo se invade el espacio con las manos, a fín de conseguir cualidades del tipo pegado-adherido, conexiones, escuchar-interpretar y seguir al otro (que explicaremos más adelante).
Para los ya iniciados en la materia. En estos ejercicios todavía no se juega pero se apunta al centro para sentir la amenaza. Con no-jugar nos referimos a que ambos todavía no intentan tocar y no ser tocados en el centro en una inter-relación armoniosa sin oposición, sino sólo sentir, invadiendo el espacio o incluso apuntando al centro y llenando energía donde esta vacío y de vaciando donde se llena.

Mientras que, cuando ya no sólo se invade el espacio con nuestros movimientos, sino que una vez comprendido lo que hay que sentir, lo más importante será buscar y esconder el centro, en un juego modesto y moderado de hacer pero sin contender, donde el fin es trastocar y evitar ser trastocado, o figurativamente “empujar”, y también aceptar. Denominaremos a esta búsqueda “empuje de manos”, que podrá ser libre, o a pies móviles.

Todo este tema de las denominaciones pueden parecer sólo palabras, pero a mi me parece más interesante de lo que a primera vista se puede sospechar, y creo que es bueno saber estas cosas porque en realidad cada término nos transmite el espíritu de la norma en cuestión y el alma de cada ejercicio.

Pero aún hay más. Hemos de señalar que, cuando no se sabe hacer algo, no se sabe hacer, en parte, porque falta la maravillosa sensación “del máximo supremo” que pretende el Tai-chi de calidad, tan delicada como escurridiza. Pero también es cierto, y es la pescadilla que se muerde la cola, de que falta la sensación “máxima suprema” porque no se sabe hacer, no se sabe fluir. Este es el círculo vicioso que en un primer tiempo, torna inalcanzable el Tui-shou. Pero ¿es realmente inalcanzable? Nada de eso, no hay cosa más sencilla que practicar Tui-shou. Afirmamos esto, claro está, siempre que se aborde de manera fácil. La Verdad está en la sencillez y también en la facilidad, tanto que me atrevo a parafrasear a Chuang-tze: “lo fácil es lo correcto”. A lo que llevando la contraria a los que opinan que “mejor muerto que sencillo”, añado: lo sencillo es lo inteligente y muchas cosas humanas se hacen complejas pudiendo ser sencillas, pero ya sabe que, el aspecto humano de las cosas no implica inteligencia humana. Y las cosas, por supuesto, tienen un punto en el que son sencillas y también fáciles.
Y ese punto son los ejercicios preestablecidos, que son hermosos motivos para tomar conciencia y recrear la “sensación”, y que adquiere diferentes denominaciones según los estilos, pero que nosotros denominamos:
“Platillos” Pautas circulares para enfocar la atención a todos los posibles círculos a un solo brazo.
“Bucles” Ejercicios pautados para aprender lentas persecuciones a través de una esfera, con las energías fundamentales.
“Métodos”. Ejercicios pautados para aprender a fluir de una energía a otra con varias energías que vienen y van. 
El conocimiento de lo que significan las palabras que definen los diferentes tipos de entrenamiento nos llevarán de la mano en primera instancia a un nivel que denominamos “entender”. Que es cuando uno entiende las palabras, el significado de las palabras, sólo el significado. Otro es el que denominamos “comprender”, cuando se es capaz de experimentar la imagen o el concepto en la mente. Por último, tenemos el que podríamos denominar “integrar” que es cuando somos capaces de recrear y disfrutar la sensación como auténticamente nuestra. La sensación de permanecer en la plácida serenidad del vacío central ilimitado que se abre a todas las posibilidades, agudizando los sentidos y la sutileza sublime, ante un oponente que si estuviese dormido, no debería ser despertado por nuestras intenciones.
De modo que todo esto nos abre la puerta  en una paz sonriente, a la magia y a lo maravilloso del Tai-chi-chuan con un lenguaje silencioso y benevolente de mensaje eterno en profunda sensibilidad, en una práctica tan inteligente como divertida con compañero, que consta unas veces de entregarse a una serie de hermosos diálogos físicos preestablecidos, y otros de frescura libre en forma de entrelazados de ida y vuelta fluyentes con continuidad de onda sigue a onda, sigue a onda...
De modo que al movernos con la fuerza del compañero, evitamos que este pueda utilizar la energía contra nosotros. La explicación es que si no existe resistencia a la energía del otro, esa energía no tiene nada contra lo que  actuar, porque sería como actuar contra pompas de jabón, elásticas e irrompibles, que flotan en el aire.

Tui-Shou Felix Bargados.


Artículo Original de Félix Bargados

Todos los derechos reservados.
Continuará…

Video de Tai-Chi Ma-Tsun-Kuen San Shou (manos dispersantes).

             Video: SAN-SHOU MANOS DISPERSANTES

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La postura feliz del buen Tai-chi.

LA POSTURA FELIZ
DEL BUEN TAI-CHI



“La buena postura tiene adorables visos de divinidad”

Existen varios aspectos relacionados con el modo en que usamos nuestro cuerpo, que influyen de un modo inmediato sobre como nos sentimos, lo que pensamos y por consiguiente lo que hacemos.
En este sentido, se cuenta que, érase un hombre torcido que hizo una casa torcida.

La buena postura hace que el cerebro libere beneficiosas sustancias denominadas endorfinas que repercuten en la euforia celular y nos hacen sentir mucho mejor.
Pero también es cierto que a mala postura, buenos dolores y buenos males. O sea que, si nuestra postura no es la adecuada, nuestra salud y el sistema emocional sufrirán las consecuencias.
Resulta muy sencillo comprobar esto.
Realice el siguiente experimento mental:
Imagine una señora muy deprimida. Imagínela vívidamente.
¿Cómo piensa que será su postura?
Imagine otra muy alegre.
¿Comos será su postura?
Adoptamos posturas distintas en función de cómo nos sentimos.
Si uno se siente inseguro sobre su propia estructura, todo contacto con los demás será inseguro, pero si se vuelve bien CENTRADO y ALINEADO podrá ir a todas partes llevando ese centro estable y esa rectitud natural en su interior con el goce de la energía que eso produce. Porque toda la vida es TAI-CHI, y este regalo que te ofreceré dentro de un momento, es un regalo para toda la vida.

Algunas personas están con postura ligeramente encogida en actitud indolente e inerte y alguna que otra en posturas extremas de encogimiento sin que puedan remediarlo.
-Nunca pude estudiar “Derecho”, dijo el Jorobado de Notre Dame.

Pero también se hace mal por poner remedio con una postura al estilo militar radical, derecha a la fuerza por la fuerza, porque seamos conscientes de que muchas veces empeoran los males con los remedios. O sea que, se puede falsear la armonía de la postura, exagerando la rectitud y tirando del pecho hacia arriba.

 En ambos casos se carece de lo que en Tai-chi-chuan denominamos línea central.

Además, también nos sentimos y pensamos del modo en que nuestra postura esté.
La postura afecta  a las emociones y las emociones afectan a la postura de un modo instantáneo. Incluso la sabiduría Occidental nos lo han sugerido hace siglos: “mente sana en cuerpo sano”.Tan notoria es esta verdad, que me resulta fácil decir que una de las mejores formas de ser feliz es mantener la postura correcta. Y siendo más preciso debo añadir que, una postura sana y reparadora es aquella en la que nuestra espalda esta derecha y relajada.

Para conseguir esto, y de paso otras cosas no menos importantes, como puede ser el desarrollo de la energía, en Tai-chi-chuan usamos la sugerente técnica de “estar suspendidos de un hilo”:
Comience prestando atención a la respiración y abandónese como una rama responde al viento.
Con la sensación de un suspiro profundo y prolongado, deslice su respiración de arriba abajo con la sensación suave de la seda, mientras realiza una sonrisa interior hasta el fondo de su bajo abdomen.
Aceptando el bajo abdomen.
Se libera su rigidez crispada y se pone un poco de presión hacia abajo al espirar. Como si un ancla tirase de el y a la vez se expandiese como una pelota de tenis. Con la sensación de tener la base de una pequeña pirámide en el fondo del abdomen.
Se trata de dejar libre el bajo vientre, poniendo en el un poco de energía.
Con esa actitud de arraigo hasta sentar toda la energía mental en energía sensible del cuerpo hacia un punto central del abdomen, acaba de eliminar la coraza muscular y el halo de autodefensa del ego, centrados ambos en la parte superior del cuerpo.
Aligerado arriba.
Enraizado abajo.
Ha formado lo que en Tai-chi-chuan denominamos ACTITUD DE CENTRO (Dan-tien).

Ahora bien, si estamos en armonía, a toda actitud de caída le secunda otra de ascensión óptima.
De crecimiento.
Se siente una dispersión ascendente de energía sutil sencillamente exquisita, como una sabia nueva “llena de vida plena” que sube firme por la espalda hacia la cima de la cabeza, ahora fresca y despejada, y en todas direcciones. Mientras espiramos, sentimos una fina línea fluyendo hacia arriba como un delgado haz de luz, y al inhalar, retornamos al sosiego del centro con su maravillosa quietud.
La verticalidad que surge en esta actitud de crecimiento no muestra ni laxitud ni rigidez.
Inspira vitalidad y elasticidad dinámica.
Permitir que suceda el amanecer de esta bendita experiencia.
Acaban de formar el saludable EJE CENTRAL
No como un poste se ha clavado en el suelo, sino como una brizna de hierva se alza suave pero vibrante de vida hacia el cielo, como una visión celestial, en torno al centro, humildemente escondido bajo la tierra.

Es entonces cuando cobra sentido el dicho Oriental :
“Cuando la luna sube hasta el cielo, se disipan las sombras del castillo”.

En este estado, y haciendo alusión a su denominación “suspendida de un hilo” nos sentimos como suspendidos de un hilo como un péndulo. Siendo el péndulo la cadera que, con pesadez, descansa colgada. Mientras que la cabeza es como un globo que, con ligereza, flota libremente hacia arriba, vibrante de vitalidad sobre el chorro fresco de una fuente.
El cuerpo entero irradiará la impresión de un tentetieso, cuyo vientre es un centro de plomo fundido que hace al cuerpo volver a la verticalidad, por mucho que nos alejemos de ella.
Balanceémonos sutilmente de un lado a otro y experimentemos el retorno a la verticalidad.
Cada vez más pequeño es el desplazamiento balanceado, hasta alcanzar un punto donde cesa.
En ese punto nos invade la sensación de un misterioso vacío más hermoso que nunca se haya sentido.
El vacío de no necesitarse sujeción de ningún tipo.
Todo el cuerpo se desploma en vertical y el peso cae por el centro de las articulaciones, liberadas de esfuerzo. Una situación que raras veces se da.
El Chi fluye hacia los meridianos cuando el cuerpo esta en completa naturalidad y salud en una sensación extraordinaria de capital bienestar.
 No se trata de una actitud exaltada sino de un ánimo  humilde, de discreta serenidad grácil y fluida donde los sentidos y la receptividad en general se ven agudizados.
Todo el que encuentra este alma luminosa del TAI-CHI que denominamos el EJE CENTRAL, siente con excepcional deleite una sutil vibración benéfica y cargada de misteriosa vida. Y todo lo que fluye con el cuerpo en “CHI” o armonía suprema fluyente, proviene del corazón de una misma fuente mansa que denominamos “TAI” o centro en clama.
En el interior en contacto con el eje central vacío, que invita  a la calma,
permanecer en silencio aún cuando por fuera nos envuelva el mundanal ruido.
Hay que permanecer como el estanque que después de la agitación cotidiana, su superficie regresa lentamente pero sin pausa a la uniformidad de un espejo y a la calma más absoluta.


                       Artículo Original de Félix Bargados

                           Todos los derechos reservados.

PROGRAMA DE GRADOS DE TAI-CHI CINTA MARRON.

TAI-CHI-CHUAN MA-TSUN-KUEN
                                                        f.a.k.y.d.a. 
Tai-chi fakyda
    PROGRAMA DE GRADOS  

   
CINTA MARRON

·      TECNICAS DE BASE

ESENCIAS:
SUSTANCIAL “Zou”
(Brazo indoblable, esfera imantada, gallo indestructible, no-elevable)
INSUSTANCIAL “Di-kang”
(Ola frontal, doble ola, marioneta, toques en cadena)

ENERGIA TRANSMISORA:
LA OLA (Xu-jin), HILADO DE SEDA (Chan-se)

·      FORMA

APLICACIÓN DE LA FORMA CORTA : Por secciones
INICIACION DE ABANICO*


·      MANOS PEGAJOSAS PAUTADAS*

BUCLES DE ENERGIAS “frontales y angulares”:
DESDE  SI-TZEN-TUEI,  DINAMICAS,  CON PASOS


·       MANOS SENSITIVAS
                          
ENERGIAS OPERATIVAS:
ELEVAR “Ti”,   HUNDIR “Cheng”,   ABRIR “Kai”,  CERRAR “He”

CONOCIMIENTOS PARALELOS: ABANICO SECRETO
                                                        TAI-CHI-SAO Nº 11                                                  
           Tiempo MÍNIMO de práctica: 8 meses desde azul        

CONOCIMIENTOS PARALELOS: 18 MANOS DE LOHAN
Tiempo MÍNIMO de práctica para cinta negra 1º dan12 meses desde marrón

PROGRAMA DE GRADOS DE TAI-CHI CINTA AZUL.

TAI-CHI-CHUAN MA-TSUN-KUEN
                                                        f.a.k.y.d.a. 
Tai-chi fakyda
    PROGRAMA DE GRADOS  

   
CINTA AZUL


·      TECNICAS DE BASE

HOMBRE OCUPADO: a tres o cuatro pasos
CADENA DE PASOS LIBRE

·      FORMA

LOS 10 FUNDAMENTOS DEL TAI-CHI APLICADOS EN LA FORMA:
Alineamiento, relajación, gravidez, raíz, energía, continuidad, circularidad, polaridad, integración,  centrado.

FORMA CORTA : Con transiciones



·      MANOS PEGAJOSAS PAUTADAS*

BUCLES DE ENERGIAS ANGULARES
EL “GRAN DESPLAZAMIENTO” EN ASPA


·       MANOS SENSITIVAS
                          
Ejercicios de FASES TEMPORALES
NEUTRALIZAR: Esfera, guerreros en espejo.
GUIAR: Cinta transportadora, espiga,  esfera.
SELLAR: 2 a 1 (bloqueo articular, desenraizar, colapso)

Repaso de las fases: CEDER, EMITIR, SEGUIR.

FASES TEMPORALES BILATERALES

                 CONOCIMIENTOS PARALELOS: I-CHIN-KUNG

               Tiempo MÍNIMO de práctica: 6 meses desde verde

PROGRAMA DE GRADOS DE TAI-CHI CINTA VERDE.

TAI-CHI-CHUAN MA-TSUN-KUEN
                                                        f.a.k.y.d.a. 
Tai-chi fakyda
    PROGRAMA DE GRADOS  

   
CINTA VERDE

·      TECNICAS DE BASE

TIPOS DE PASOS:
Paso único, deslizado, seguido, cruzado, circular.

TIPOS DE EVASIVAS:
5 correderas (lateral, adelante, atrás, cruzada, invertida)
4 pivotes (diagonal, lateral, 180, inverso)

PASILLOS DE LAS ENERGIAS FUNDAMENTALES

·      FORMA

PEQUEÑO TAI-CHI Nº 3 : Simplificado (sin transiciones)


·      MANOS PEGAJOSAS PAUTADAS*

BUCLES DE LAS ENERGIAS FRONTALES
PLATILLOS  Y CUATRO MANOS:
GRAN DESPLAZAMIENTO, PASOS,  INVERSIONES


·      MANOS SENSITIVAS
                          
ENERGIAS SENSIBLES: SEGUIR AL OTRO con pasos
                          CEDER: Tiro-empuje

                 CONOCIMIENTOS PARALELOS:  CHI-KUNG ESPIRAL   

                 Tiempo MÍNIMO de práctica: 5 meses desde naranja