“ATENAI” CONTACTO/NO CONTACTO EN KARATE
“Como caballo desbocado es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”
Y…la rienda de un hombre es su AUTOCONTROL.
Retomando el viejo y rancio debate sobre el moderno karate de combate o “karate al punto”, debo señalar que ha sido denominado por unos como combate de NO-CONTACTO, y por otros como combate de CONTACTO “con tacto”. Todo esto quizá por la confusión sobre la idea del verdadero autocontrol y de lo que significa CONTACTO/NO-CONTACTO. Una sutileza sabia y hermosa que ha sido sustituida las más de las veces por el simple y llano NO-CONTACTO con todo lo que ello conlleva y lo que no conlleva, como por ejemplo la imposibilidad de comprender el concepto del autocontrol en toda su magnitud, que es el precio que debe pagarse por una estrechez de miras.
Tiene su gracia pensar que controlar consista en la pobreza de rozar el objetivo o incluso frenar el ataque a unos 5 o 10 cm del mismo. Y, quizá porque los ojos y las orejas son para muchos, testigos más seguros que el uso de la mente, también es fácil dejarse impresionar por lo contrario. O sea, por el tamaño o el sonido de una guantada de catorce onzas y las camisetas de extremoduro para dejar la impresión bestial definitiva. Por contra, es por lo que el karate ha sido considerado a todas luces como la “manera light de combatir”.
Pues…nada más lejos de la realidad querer entender como una desventaja, lo que en realidad es un pilar fundamental del crecimiento personal.
La verdadera habilidad del karate, y más concretamente del “karate al punto” es CUESTION MENTAL, y no de rozar objetivo o de quedar a una distancia mínima.
Hemos llegado a un punto interesante donde expondré mi punto de vista, para aportar una perspectiva a estas cuestiones, que no va a hacer más que confirmar que el CONTACTO/NO-CONTACTO es una acción psico-física y no solamente física.
Pues bien…como todos vivimos bajo el mismo cielo pero no vemos el mismo horizonte, voy a poner en voz alta mi pensamiento sobre el horizonte desde el que se perciba el espectro de posibilidades relativas al CONTACTO con tacto o sin tacto, de más rudimentario a más sofisticado:
1- Desde que el mundo es mundo, no hay nadie que no entienda lo que es ATRAVESAR el objetivo en radical contacto sin contemplaciones y sin miramientos, dando rienda suelta al animal que llevamos dentro, con toda su prima de riesgos y de descontrol que ello conlleva.
2- La otra cara de la moneda es atacar y NO CONTACTAR SISTEMÁTICAMENTE. O sea, un anodino no-contacto decidido desde un principio.
3- La tercer vía híbrida es el punto central del tema, pero no su definitiva solucción, decidir ATRAVESAR el objetivo y en el último instante NO-CONTACTO. Lo que deja la práctica un tanto insípida.
4- Por último, la estimulante forma de CONTACTO/NO CONTACTO del karate. La altura de miras de este sofisticado adiestramiento psico-físico, consiste en atacar pensando en ATRAVESAR el objetivo. Y, justo un instante antes de impactar, autocensurar el contacto, para proseguir durante esa microfracción de segundo en un IMPACTO DE PENETRACION MENTAL.
Esta última conducta, es la que aporta el completo CONTROL MENTAL al karateka y por ende, la posibilidad de contactar cuando se desee, con precisión total y en la profundidad deseada.
Pues bien, todavía hay más cosas que se desprenden de un correcto entrenamiento del autocontrol:
5- Entrenar la puntería, la reacción a un adversario que se mueve lejos de nosotros, a una distancia donde los ataques no llegan pero la mente sí (entrenamiento a distancia).
6- Entrenar con un adversario ficticio, imaginando que se encuentra a la distancia de golpeo, y golpearlo realmente. O sea, ATRAVESAR el objetivo como en el punto 1, en un contexto donde el entrenamiento de la mente y la visualización impera (las katas no son más que este mismo trabajo de sombra de una forma más “postural y conceptual”).
En estos tiempos que corren, entrenemos con un objetivo-diana, sea el que sea y tomemos LA DISTANCIA que sea necesaria a nivel de “res-extensa” e intensifiquemos un poquito más la “res- cogitans”. Dicho de otro modo, entrenemos la mente sin pensar que por un mayor distanciamiento, el entrenamiento va a ser menos valido. Más adelante podremos volver sobre el sofisticado CONTACTO/NO-CONTACTO y disfrutar del verdadero sentido del arte marcial denominado vulgarmente de “no-contacto”.
En definitiva, no es necesaria la sempervirente cercanía al objetivo para entrenar bien.
Solo es necesaria una buena actitud e intención de la mente para el buen entrenamiento.
Cabe concluir que no hace falta, acercarse, no hace falta rozar, no es necesario impactar. Y, por ende no deberíamos despreciar a la serpiente por no llevar cuernos; porque…lo esencial es invisible a los ojos.
Félix B. Díaz.