UN PASEO POR LA HISTORIA ALTERNATIVA DEL KARATE
Sexta parte. Herencias intempestivas tras la pérdida del Tegumi.
Intempestivo quiere decir fuera del tiempo, pero no con eso se quiere decir “pasado de moda”, sino fuera de lugar. Sirva de ejemplo que preguntarse por si los centauros se comportan como caballos o como personas, está fuera de lugar para una persona actual, del S.XXI.
Lo que no está fuera de lugar es lo que puede interesar. Y uno de los intereses actuales radica en, por ejemplo, en tener éxito.
Voy a hablar de una tradición intempestiva. Pero antes y al hilo de lo exitoso...¿de que consta el éxito de un maestro de karate en los tiempos que corren?
Obviando la política, que nace y muere de los conflictos de intereses dentro y fuera del karate mismo, el secreto del éxito para un maestro actual está en el CONOCIMIENTO y la SABIDURIA. Quienes son capaces de SIMULAR eso, lo tienen todo.
Ahora, la pregunta del millón es ¿Por qué extraña patología ha resultado imprescindible simular lo que se habría que tener?
Por una pérdida irreversible.
Tras la obliteración del sistema de combate original (TEGUMI) que posee en su interior las fórmulas de aplicación de los kata “KAISAI NO GENRI” (no exactamente el modernizado de goju-ryu), y haber dado la espalda a todos los fundamentos ocultos “OKUDEN” derivados de una práctica interna que proponía el karate inicial; lo que nos queda es el karate con el que nos han cebado y del que se ha hecho pasto…un karate con el pesebre vacío de contenido…en principio.
Después ya se llenó.
Siempre hay alguien dispuesto a llenar las cosas, aunque sea de estupideces.
El almibarado karate que nos han legado en plena acción de llenado, fue el mal-denominado “TRADICIONAL”.
Y como resulta difícil engañar sin mentir; el orientalismo despegó hacia Occidente estando en boga el recién fenómeno “new age”, lo que ha propiciado que nos hayan sabido dar exitosamente gato por liebre, vendiéndonos algo con las patas muy cortas, porque es MODERNO, pero...¡¡¡denominado “TRADICIONAL”!!! como si fuese el “CLÁSICO” de toda la vida.
De modo que, el karate “POST-MODERNO” que tenemos hoy en día (que reza a veces de ortodoxias irracionales y ridículas, mezcladas con un oscurantismo de términos orientales que se desconocen en la práctica, con el relativismo del “todo vale” con tal de dar sentido a lo que no lo tiene. A lo que hay que añadir el tan coherente como ingenioso kumite Occidental), es tributario del karate “TRADICIONAL” (moderno) que heredamos. Y la imagen de este karate "MODERNO" que se vende alegremente como “TRADICIONAL”, se apoya sobre tres pilares:
-El primer pilar es el KATA. Elegante, muy elegante, sobre el que se asienta una suerte de instrucción para principiantes. Pero, vacío, muy vacío de contenido marcial por no decir de ARTE. Esta artesanía pret-a-porter es un pozo de sinsentido en lo que respecta a su relación con el kata original. El cual se fue secando paulatinamente, debido en parte y a la sazón, a la hiper-estética sofisticada, que en principio se anunciaba como una de sus fortalezas, pero que resultó ser al final su gran debilidad, por cada vez más antinatural e inverosímil.
Y como es muy ordinario para remendar un error cometer dos, la superfetación del absurdo llega con la fantasía escapista y especulativa del denominado bunkai, con la intención de aportar una solución sensacionalista al sentido de los kata. Haciendo encajar, ataques tan cortesanos como los del kata mismo, que fuerzan el esquematismo motriz, hacia otra inverosímil geometría encofrada, aún más lejos de la realidad que el propio kata.
-El segundo pilar es el KIHON, que consta de prefabricados elementos individuales extraidos del kata, fundamentado en principios mecánicos muy groseros, ante la ausencia total del sistema dinámico físico interno y de trabajo del “KI”, propio del KARATE ya desaparecido. Estos “educativos de base” del kihon, cumplen una excelente función coordinativa y de adquisición de estructura postural muy elemental y puede que hasta importante. Pero con un peligro añadido que inficiona cuando se absolutiza. O sea, cuando se convierte en algo excesivo lo que podría ser funcional. Haciendo perder, no diría yo su sano juicio, aunque si el sentido correcto de su propia dirección. Esta situación tan común, se da cuando se ignora la “teoría del desasimiento”. Es decir, el retirarse de esa esclavitud despótica y evolucionar hacia formas de hacer las cosas, una vez que se cumpla la labor inaugural (que a mi entender, no debería durar más de cuatro años)
-El tercer pilar nace de una necesidad. La necesidad de crear la ilusión de eficacia ¡¡¡Que importante es crear espacios de ilusión!!!
En este yermo enclave histórico del que hablamos, donde mientras unos maestros rememoraban el pasado enseñando un tipo de kata que escayola mentes y que se deja pinchar en un cartón como la mariposa del naturalista, otros se afanaban en buscar una rana para ese sapo, confeccionando ramplones métodos de combate exclusivamente paliativos y alternativos, que se integraron de rondón, inspirados en el kendo, tan en boga. Estos son principalmente: GOHON-KUMITE, SAMBÓN-KUMITE, NIHON-KUMITE e IPPON-KUMITE (combates a cinco, tres, dos y paso respectivamente).
Este kumite tradicional, cuyo objetivo es asemejarlo al kata en robotísmo, resulta empachado de ornamento dentro de la camisa de fuerza de los mecanismos de imposición, y bajo fundamentos de dudosa validez.Y para concluir, en la dedada de los 30, e incluso antes, M. Nakayama da el do de pecho con el JIYU-IPPON-KUMITE (la versión semilibre del ippon-kumite) que será el precedente del shiai-kumite y de su derivado, el kyogi-kumite, ingenioso sistema deportivo de combate, que entusiasma y apasiona por su espectacular desarrollo de habilidades.Pero esa ya es otra historia...
En cuanto a los tradicionales antedichos, han sido a la postre, LA RANA QUE SE HA ENCONTRADO PARA ESE SAPO solterón. Y con esto, doy por finalizado este sulfuroso brochazo sobre el KARATE TRADICIONAL y todo el macro-sistema social que lo sustenta, con los que, por supuesto y fuera de toda duda, ESTOY A FAVOR. Aunque ESTOY MAS A FAVOR DE LAS VERDADES.
CONTINUARA…